TODO NOMBRE TIENE UN PORQUE...

Todo en esta vida tiene una razón, un por qué, calquier nombre viene por alguna circunstancia... y el nombre de nuestro blog también lo tiene... La temporada pasada fué un mal año para el esqui de travesía en nuestras queridas montañas cantabras. Terminaba 2011 y casi "no habiamos tocado pelo". Y un día en el rocodromo entrenando un poco con un grupo de amigos, y ante una pequeña nevada que se supone había caido en la zona alta de la Cordillera uno de los presentes dijo... Hay nieve, allí hay nieve. Hay que ir! aunque se jodan!... estoy harto de ponerme los esquis encima de la alfombra del salón... aunque se jodan!

Y así ha nacido aunquesejodan.blogspot.com



jueves, 16 de octubre de 2014

PEÑA VIEJA - Espolón de los Franceses

              
                  --------------VÍDEO DE LA ACTIVIDAD AL FINAL DEL RELATO------------


En Picos de Europa hay un puñado de clásicas que son de obligada visita para el escalador: Sur Directa de Peña Santa de Castilla; el Espolón del Jisu; la Pidal-Cainejo al Urriellu; la Sur clásica de Horcados Rojos; y el Espolón de los Franceses a Peña Vieja.

Hay que ir, hay que ir, y estaba claro que íbamos a ir al Espolón de los Franceses, cuando un buen día Chavi nos propuso acompañarnos en la aventura.

La cosa estaba clara, nuestra mayor preocupación era encontrar bien el camino, sobre todo en la parte superior, y Chavi había subido el espolón en varias ocasiones. El tío es un máquina, recuerda hasta los puntos donde están puestos los clavos de la vía. Así sube cualquiera :-D

Viernes 5 de septiembre de 2014, nos dirigimos a Espinama. Esta noche toca dormir al raso, si bien recogidos en los soportales de la Iglesia la temperatura es cálida -incluso nos tenemos que salir del saco-. La noche transcurre tranquila, hasta que a las 3 en punto de la madrugada aparca un vehículo al lado de la Iglesia. Salen dos elementos y se dirigen hacia la parte trasera, tras lo cual, pasados cinco minutos, escuchamos tres explosiones que iluminan todo el valle... CASONSORIA!!! PEDAZO SUSTO NOS HAN DADO LOS PAISANOS ESTOS!! Intentamos conciliar el sueño, pero la hazaña de nuestros amigos está siendo celebrada por todos los perros del valle y se complica la cosa. No pasa nada, queda poco para que suene el despertador.


Quitamos las legañas, nos hacemos un buen desayuno y subimos raudos hacia Áliva por la pista. Hay ganas que quitarnos la aproximación y subimos a fuego. Queremos empezar la vía con las primeras luces del día. A las 7 hs pasamos al lado del Hotel-Refugio de Áliva y ya tenemos el Espolón a la vista.


Tras subir el pedrero, realizamos una corta trepada de II+/III grado por una placa rojiza, en lo que sería el primer largo. Alcanzamos la primera reunión -un buen puente de roca en una repisa pequeña- y nos ponemos el material. Siendo tres, lo ideal sería que nos hubiéramos puesto el arnés abajo, pero ya estamos aquí y no vamos a bajar, jejeje.


Los primeros largos hasta "El dado" -lugar donde comienza propiamente el espolón-, los realiza Chavi. Él los conoce bien y son los más sencillos de la ruta. Como buen anfitrión, se encarga de meternos hasta la cocina, procurando que ganemos tiempo en este terreno sencillo pero perdedor, para después cedernos los trastos cuando la cosa se pone más entretenida.

El primer largo sirve para superar una corta chimenea -a mitad se puede escamotear por el lado derecho- y alcanzar una reunión situada unos metros por debajo de un techo -justo debajo del techo hay otra reunión claramente visible, la cual hay que evitar-. Desde la reunión se hace una bonita travesía hacia la izquierda.


Chavi pasa este tramo como un gamo.


Al final de la travesía se destrepa un par de metros para llegar a una cómoda reunión. Comienzan ahora los largos por las placas situadas bajo "El dado". Chavi asciende  por la parte más cercana al muro de la derecha, donde hay pasos preciosos de adherencia, con los que vamos entrando poco a poco en calor -por la izquierda, según muchas reseñas, se pueden esquivar, pero creo que no merece la pena-.


En dos largos nos plantamos en la travesía al espolón -lugar donde está ubicada "El dado", un marcado saliente con forma de cubo claramente visible desde la base de la vía, punto que marca el lugar donde la ruta alcanza el espolón, que no se abandonará hasta los famosos gendarmes de la parte superior-.


Es un largo sencillo, en el que hay que prestar un poco de atención a la hierba, para evitar peligrosos resbalones.


En la cómoda repisa sita bajo "El dado", Chavi nos cede el mando de las cuerdas y comienza Alvarito navegando por el espolón.


Avanza la mañana y, con ella, empezamos a sentir la amable calidez del sol de septiembre. El viento Sur que nos amenazaba a primera hora va desapareciendo y cada vez nos encontramos más cómodos.



Yo me encargo del segundo largo del espolón. Tiene un pasete de decisión (Vº), donde hay que auparse a una placa lavada, pero bien asegurada con dos clavos. El resto del largo es para disfrutar, y estos dos disfrutan de lo lindo, como se ve en la foto llegando a la reunión, una vez superadas las dificultades.


El siguiente largo lo realiza Alvarito, superando al inicio un corto desplome también asegurado con un clavo providencial -se ve bien en el vídeo, al final del relato-.

Retomo el mando y supero un terreno entretenido y variado, con tendencia a buscar los diedros y placas de la izquierda, donde hay que prestar atención a un bloque que aparentemente está suelto y se puede esquivar por debajo con tendencia a la izquierda. Por encima, observamos un diedro en cuya parte superior está la reunión.

El siguiente largo es para muchos el más bonito de la ruta. Nos aupamos buscando una fisura -tenemos dos clavos seguidos para encaramarnos a la misma-, tras lo cual subimos por una placa hacia un gendarme -un clavo a mitad de camino- que se supera por el diedro que se forma a su derecha. Este diedro se protege muy bien con Camalots. A la derecha hay unos tubos de órganos bien marcados por los que también se puede progresar. El ambiente y los pasos de este largo son de los que hacen afición. Impresionante!!!


Ya estamos terminando la escalada del espolón. Alvarito asciende unos metros tras los cuales tiene un par de pasos de adherencia por la famosa placa de adherencia -se aprecia bien en el vídeo-. Hay pies de sobra y con tranquilidad se supera bien. Por encima de la placa, tras un par de pasos a la derecha, surge un diedro que nos sube a la arista.


Estamos en la arista. Tenemos por delante dos largos sencillos que no tienen pérdida, simplemente hay que seguir la arista que en este punto ya está bastante tumbada.



Llegamos a los gendarmes que marcan el final de la escalada propiamente dicha. Alvarito realiza este último largo, el cual tiene un par de clavos que protegen la sencilla, pero a la vez delicada, travesía     -la roca está formada por una especie de escamas que no dan mucha seguridad-.


Finalizada esta travesía, llegamos a un cómodo llano donde nos quitamos el material y comemos.


Una mirada hacia el precioso gendarme que marca el final de la escalada.


Y comienza la segunda parte de la ruta. Esta se puede considerar como una actividad totalmente diferente e independiente a la que hemos acometido hasta el momento. Ahora toca navegar por las paredes y aristas que nos llevan desde el espolón hasta la cima de Peña Vieja. El recorrido es largo y perdedor, por lo que hay que prestar mucha atención.


Tras ascender por una canal, llegamos a un collado donde se vislumbra gran parte del macizo central. Giramos a la izquierda para ganar la arista, desde donde haremos un rapel hacia una terraza. Desde la terraza se puede subir de nuevo a la arista por terreno sencillo si nos dirigimos unos metros hacia la derecha -a mitad de la trepada hay dos posibilidades, si seguimos por la derecha salimos por terreno más sencillo-






Ya vemos la característica franja de roca rojiza de Peña Vieja. La cima está cerca.



Llegamos a otra instalación de rapel en plena arista. Se puede descender destrepando, pero los primeros metros son de roca descompuesta, por lo que preferimos hacer un rapel.


Tras este rapel, llegamos al conocido "paso del león", el cual evitamos haciendo un destrepe por la derecha de la arista -también hay instalación de rapel, pero en este caso la roca es de buena calidad y resulta más cómodo destrepar-.


Tras unos metros de trepada, con un último paso de adherencia -solo uno- de los que dan la risa hasta que ves bien como poner los pies, llegamos a la cumbre!!!! Hemos tardado 7.30 hs en completar el recorrido desde Áliva -paradas incluidas-, con lo que podemos permitirnos disfrutar un buen rato con las vistas.


La bajada la realizamos por la normal a Peña Vieja, con la tranquilidad que nos da haber hecho bien los deberes, lo que nos permitirá llegar a tiempo para subirnos al teleférico y así adelantar el momento de las cervezas -desde aquí dar las gracias a la pareja de Torrelavega que nos desplazó hasta Espinama, ahorrándonos un valioso esfuerzo-.



                           ------------------------------------VÍDEO----------------------------------------


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